En la industria de la avicultura, la crianza de aves tienen muchos aspectos. La crianza de pollos es tal vez la actividad más conocida, posiblemente porque la ingesta de pollos es muy alta en la mayoría de países.
Aparte de pollos, la crianza de aves se refiere principalmente a aves de corral, como los pavos, patos, codornices y similares. Por lo general, las criadoras de aves buscan una retribución monetaria, aunque las hay también como medio de protección y medidas reproductoras de aves en peligro de extinción.
Sin embargo, de manera general, la crianza de aves se refiere a la actividad comercial que de ella se obtiene. La tecnología se ha desarrollado mucho alrededor de los pollos y demás aves de corral. En realidad, no se refiere solo a desarrollar y mejorar máquinas desplumadoras. Se refiere también a la optimización de toda la gestión alrededor de la crianza. Esto incluye los aspectos humanitarios, de higiene y ecología animal y no solo los puramente económicos.
Esta última es la dirección que la actividad de la crianza de aves debe continuar tomando para bienestar de los animales y de los humanos.
Pollos
Los pollos son las aves más reproducidas por el ser humano para su consumo. La avicultura es desde hace mucho tiempo una actividad económica muy importante presente en todos los países en mayor o menor grado. Las grandes criadoras o reproductoras dedican mucho esfuerzo y recursos a desarrollar la tecnología alrededor de la crianza de pollos. De esta manera se encuentra desde máquinas desplumadoras a alimentos que super engorden los pollos que llevamos a nuestra mesa.
La crianza de aves, especialmente de pollos, tiene muchos detractores por su mala fama de crueldad a los animales y por tratarlos con hormonas y químicos que alteran su crecimiento y se presentan de esta manera a nuestras mesas. Se conocen historias de hormonas que han entrado en la dieta de infantes y han adelantado aspectos físicos de su pubertad. Sin embargo, es un hecho que nuestra nutrición está bien sustentada por la ingesta de pollo como fuente de proteína principalmente; tanto por medio de su carne como de sus huevos.
Si bien es cierto el mundo no se va a detener a convertirnos a todos en vegetarianos, sí es cierto que las productoras de pollos pueden y deben velar porque los animales sean tratados con dignidad y no sean maltratados o abusados. Más importante aún es que se conozca y apruebe la tecnología que se usa para acelerar el crecimiento y engorde de estas aves.
La legislación de cada país debe velar por esto; pero nosotros, los consumidores, somos los únicos que podemos premiar o castigar a los productores, con nuestra preferencia a sus productos. La información, sin embargo, debe estar a nuestro alcance. Debemos entender los riesgos de ingerir animales de rápido crecimiento y debemos tener la opción de ingerir animales crecidos de una manera más natural… aunque sean más caros.
